Por eso no basta con pensar bien o tener buenas intenciones. La virtud se realiza en la acción. Pero no cualquier acción: una acción sobria, justa, estratégica y firme. No hay lugar para la dispersión, la improvisación ni el desgaste emocional. Por eso, la acción estratégica del líder en retiro debe enfocarse en sistematizar el conocimiento clave, multiplicar instancias de formación, validar modelos financieros sostenibles, documentar el propósito detrás de cada proceso, y desarrollar un equipo con criterio y sentido de misión.